(Aclaracion: esta historia es veridica. Ya que estoy aprovecho para dedicarle el texto a Mirti ya que estaba conmigo en ese momento y puede confirmar los hechos, me llevo a que lea "La conjura de los necios", que a mi juicio tiene que ver mucho con lo que vas a leer a continuacion, y porque se me canta. Ahora leé.)
Buscaba un libro para aumentar mi autoestima a un punto jamás antes alcanzado. Quería ser lo que “ellos” consideran feliz, para así, poder compartir sus gustos y manías y entender sus chistes. No encontré dicho libro, pero al intentar salir de la librería un problema surgió:
Me dirigí a la puerta de vidrio que me daría a la salida del local, a la calle, antes pasando por un cuarto vidriado intermedio. Agarro con una mano la manija de la puerta vidriada y veo que a su izquierda hay un cartel escrito a mano que dice “Tire para adentro”. “Un momento”, pienso mientras suelto la manija y llevo las palmas de ambas manos a la altura de mi pecho como si hubiese tocado algo que no debía. Yo sé que la acción de tirar indica que intente llevar hacia donde estoy yo la puerta, que no empuje, que seria el cartel opuesto a este, pero entonces porque esa exageración de poner “para adentro”? Si empujo también lo estaría haciendo para adentro del local. Entonces, que debo hacer?
Quizás alguien feliz con su autoestima en nivel considerablemente alto no hubiese soltado la manija. Seguramente la hubiese agitado frenéticamente hacia ambos lados hasta descubrir cual era la dirección correcta. Si, lo hubiese hecho con inconciencia, sin entender su propia acción. Pero yo no. Yo note las dos palabras que sobraban en el cartel escrito a mano con marcador. Porque esas dos palabras? Acaso estaban cancelando el verbo “tirar”, era una especie de doble negación que me debía sugerir que empuje? Que esta pasando aquí? Acaso mi intelecto se esta desvalorizando por esta empresa y estas palabras están simplemente como un complemento para que entienda la dirección en la que debo llevar la fuerza de mi brazo para hacerme la salida de esta hostil librería. Es un insulto, sí, lo sé. Acaso alguien como yo, que busca un libro de autoayuda que lo realice con explicaciones significativamente complejas como persona, que me devele que puedo estar feliz y que mi miseria no tiene justificación, no tiene un lenguaje suficientemente amplio para saber qué es “tirar”, cuando se refiere a una puerta de vidrio de un negocio mugriento de esta patética ciudad. Si, entiendo, estúpidos deben abundar. Estúpidos que cuando dice “tire” empujan y lo opuesto, pero en una librería, donde quiero suponer que seres algo más intelectuales pueden concurrir en sus dichosas búsquedas por elixires de placeres para sus retinas y mentes, hace falta la aclaración? Realmente tantas veces se repitió? Lo dudo. Seguramente esa cajera que esta allí con cara de idiota es también la dueña y no tiene, o nunca tuvo, un mínimo gramo de paciencia y, con furia y un marcador, escribió este horrible cartel en una hoja de carpeta para habilitarse el derecho al insulto y al rechazo de cualquiera que pueda confundirse y empujar, quizás, simplemente por un descuido. Cómo puede desafiarnos a nosotros así de esta forma? Quien le da el derecho a este ilícito acuerdo que, supongo, que nadie aquí ha aceptado. Maldita sea ella y su forma de tratar al cliente. Cuando me ofreció su ayuda para buscar el libro que deseaba seguro no había célula en su cuerpo que hubiese elegido ayudarme, que yo responda afirmativamente su pregunta. Es como toda esta gente que me pregunta como estoy cuando me la encuentro pero no toleran que responda algo distinto a “bien, bien”. Los odio, no pueden preguntarme algo sin darme un margen de opciones a responder. En realidad me lo dan, pero frustran la expresión si digo algo como “triste”. Y luego me dicen que la pregunta fue solo una cordialidad, una forma de romper el hielo de este glaciar de charla. Pero por favor! No se dan cuenta que diciéndome eso se están reafirmando como imbéciles e insensibles. Deberían avergonzarse esos hipócritas.
Pero bueno, volviendo al problema de la dueña de la librería y su horrenda forma de tratar al cliente, de desvalorizar su intelecto, vocabulario, comportamiento y forma de operar en la vida: creo que la odio. Debería ir y decírselo. No quiero ser mas parte de esta hipocresía social que nos ha envuelto desde niños. Démonos cuenta en que nos hemos convertido, en que nos han convertido, malditos padres y familiares y figuras de autoridad que nos formaron. Ja! Si es que formar es un verbo adecuado para la perversión, la depravación que hicieron de nuestra forma natural e instintiva de reaccionar, de vivir, de ser.
Maldita sea la vendedora, mis padres, maestros y todo aquel que me haya influenciado o cruzado. Cómo pueden dormir por la noche? Como no llegan a esta evidente conclusión de su fracaso y asquerosa forma de relacionarse y consiguen el sueño y el despertar sin recurrir al suicidio más torturante. No seré como ellos, esto así no puede quedar.
En ese momento Ignacio se dirigió a la cajera, le grito que la odiaba, tiró dos estantes con libros de bolsillo y una estantería grande con mas de doscientos libros al suelo mientras escupía gritos vocales roncos para finalizar por golpear la caja registradora con sus puños y luego con su frente, para entonces, salir corriendo del local intentando empujar la puerta. Obviamente que para ese lado no se abría y se trabo. Maldijo al sistema capitalista y luego se corrigió insultando a todo sistema de organización creado por el hombre. Tiró de la puerta, salió a la calle llorando y cruzando la calle casi lo pisa un tren. La cajera llamó a la policía y al dueño del local y a ambos les contó horrorizada y casi paralizada de este grupo anarquista que pareciera estar planeando atacar los centros culturales de la ciudad.
Escuchando Joe´s Garage de Frank Zappa (ahora, no cuando escribi esto)
Buscaba un libro para aumentar mi autoestima a un punto jamás antes alcanzado. Quería ser lo que “ellos” consideran feliz, para así, poder compartir sus gustos y manías y entender sus chistes. No encontré dicho libro, pero al intentar salir de la librería un problema surgió:
Me dirigí a la puerta de vidrio que me daría a la salida del local, a la calle, antes pasando por un cuarto vidriado intermedio. Agarro con una mano la manija de la puerta vidriada y veo que a su izquierda hay un cartel escrito a mano que dice “Tire para adentro”. “Un momento”, pienso mientras suelto la manija y llevo las palmas de ambas manos a la altura de mi pecho como si hubiese tocado algo que no debía. Yo sé que la acción de tirar indica que intente llevar hacia donde estoy yo la puerta, que no empuje, que seria el cartel opuesto a este, pero entonces porque esa exageración de poner “para adentro”? Si empujo también lo estaría haciendo para adentro del local. Entonces, que debo hacer?
Quizás alguien feliz con su autoestima en nivel considerablemente alto no hubiese soltado la manija. Seguramente la hubiese agitado frenéticamente hacia ambos lados hasta descubrir cual era la dirección correcta. Si, lo hubiese hecho con inconciencia, sin entender su propia acción. Pero yo no. Yo note las dos palabras que sobraban en el cartel escrito a mano con marcador. Porque esas dos palabras? Acaso estaban cancelando el verbo “tirar”, era una especie de doble negación que me debía sugerir que empuje? Que esta pasando aquí? Acaso mi intelecto se esta desvalorizando por esta empresa y estas palabras están simplemente como un complemento para que entienda la dirección en la que debo llevar la fuerza de mi brazo para hacerme la salida de esta hostil librería. Es un insulto, sí, lo sé. Acaso alguien como yo, que busca un libro de autoayuda que lo realice con explicaciones significativamente complejas como persona, que me devele que puedo estar feliz y que mi miseria no tiene justificación, no tiene un lenguaje suficientemente amplio para saber qué es “tirar”, cuando se refiere a una puerta de vidrio de un negocio mugriento de esta patética ciudad. Si, entiendo, estúpidos deben abundar. Estúpidos que cuando dice “tire” empujan y lo opuesto, pero en una librería, donde quiero suponer que seres algo más intelectuales pueden concurrir en sus dichosas búsquedas por elixires de placeres para sus retinas y mentes, hace falta la aclaración? Realmente tantas veces se repitió? Lo dudo. Seguramente esa cajera que esta allí con cara de idiota es también la dueña y no tiene, o nunca tuvo, un mínimo gramo de paciencia y, con furia y un marcador, escribió este horrible cartel en una hoja de carpeta para habilitarse el derecho al insulto y al rechazo de cualquiera que pueda confundirse y empujar, quizás, simplemente por un descuido. Cómo puede desafiarnos a nosotros así de esta forma? Quien le da el derecho a este ilícito acuerdo que, supongo, que nadie aquí ha aceptado. Maldita sea ella y su forma de tratar al cliente. Cuando me ofreció su ayuda para buscar el libro que deseaba seguro no había célula en su cuerpo que hubiese elegido ayudarme, que yo responda afirmativamente su pregunta. Es como toda esta gente que me pregunta como estoy cuando me la encuentro pero no toleran que responda algo distinto a “bien, bien”. Los odio, no pueden preguntarme algo sin darme un margen de opciones a responder. En realidad me lo dan, pero frustran la expresión si digo algo como “triste”. Y luego me dicen que la pregunta fue solo una cordialidad, una forma de romper el hielo de este glaciar de charla. Pero por favor! No se dan cuenta que diciéndome eso se están reafirmando como imbéciles e insensibles. Deberían avergonzarse esos hipócritas.
Pero bueno, volviendo al problema de la dueña de la librería y su horrenda forma de tratar al cliente, de desvalorizar su intelecto, vocabulario, comportamiento y forma de operar en la vida: creo que la odio. Debería ir y decírselo. No quiero ser mas parte de esta hipocresía social que nos ha envuelto desde niños. Démonos cuenta en que nos hemos convertido, en que nos han convertido, malditos padres y familiares y figuras de autoridad que nos formaron. Ja! Si es que formar es un verbo adecuado para la perversión, la depravación que hicieron de nuestra forma natural e instintiva de reaccionar, de vivir, de ser.
Maldita sea la vendedora, mis padres, maestros y todo aquel que me haya influenciado o cruzado. Cómo pueden dormir por la noche? Como no llegan a esta evidente conclusión de su fracaso y asquerosa forma de relacionarse y consiguen el sueño y el despertar sin recurrir al suicidio más torturante. No seré como ellos, esto así no puede quedar.
En ese momento Ignacio se dirigió a la cajera, le grito que la odiaba, tiró dos estantes con libros de bolsillo y una estantería grande con mas de doscientos libros al suelo mientras escupía gritos vocales roncos para finalizar por golpear la caja registradora con sus puños y luego con su frente, para entonces, salir corriendo del local intentando empujar la puerta. Obviamente que para ese lado no se abría y se trabo. Maldijo al sistema capitalista y luego se corrigió insultando a todo sistema de organización creado por el hombre. Tiró de la puerta, salió a la calle llorando y cruzando la calle casi lo pisa un tren. La cajera llamó a la policía y al dueño del local y a ambos les contó horrorizada y casi paralizada de este grupo anarquista que pareciera estar planeando atacar los centros culturales de la ciudad.
Escuchando Joe´s Garage de Frank Zappa (ahora, no cuando escribi esto)