23 julio, 2007

Correos en mi cara

Diario de viaje:
Estoy por empezar mi segundo dia en Madrid, en Europa. Todo anda llegando mas que bien. Si bien ayer tuve mi primer perdida en las calles españoles, donde decenas de viejos no supieron indicarme como llegar a mi destino y, no solo eso, sino que tambien me mandaron en el sentido opuesto, asesinando cruelmente a mi espalda con mis propios quince kilos de equipaje, el primer dia termino siendo espectacular: Estoy descubriendo una ciudad que no crei cruzarme todavia. Madrid es hermosa. Siempre se la compara mucho con Buenos Aires pero para mi tanto no tiene que ver, es distinto, es Europa. Trate de racionalizar mi amor hacia mi ciudad natal y lo que pense es que si bien la ciudad porteña se queda atras en atractivos callejeros y todo eso tiene su lado de guacha, de puta, de arpia que con una sonrisa de dientes blancos, y con alguno que otro medio chueco, te saca la faca mientras te seduce. Eso estoy viendo de Buenos Aires desde Madrid. Aqui siento una paz, una tranquilidad, una armonia en cualquier lado y quizas descubro que aquel atractivo de Buenos Aires no era San Telmo, la calle Arroyo, la Plaza San Martin o alguna serie de balconcitos cortitos franceses. Creo que aquel cariño a mi ciudad viene en base a ver todo eso emocionado, con los ojos adornados, pero sabiendo que el peligro es posible y que el puñal puede llegar. Suena tragico, lo se, pero me dan ganas de ahora salir caminando por España escuchando Julio Sosa y, por suerte, puedo contar que aquel cantante se encuentra apretujado en mi humilde reproductor de mp3 (si los hay humildes) entre Sonic Youth y Nina Simone (lo presumido se mantendra en todo Europa, eso si).

Tambien veo cierta tranquilidad o estabilidad aqui. La falta de inflacion (jaaa) hace que los precios sean realmente bajos, pero no saltes vos con "pero es en euros". Que tomarse un chopp de riquisima cerveza en la Plaza Santa Ana mientras ves cruzarte a Sabina salga 2,80 es mucho menos de lo que esperaba.

En el subte percibi cierta actividad bochesca. Mi cabeza ya anda generando actividad y lo visto se recicla en ideas que sirven para evolucionar ciertos conceptos ya formados. Este medio de transporte del que hablo siempre lo habia asociado con el anonimato y la intrascendencia cosmopolita. Subirse en Primera Junta rumbo a estacion Congreso y sentirse completamente solo e inadvertido, asustado pero confiado y un granito de arena en el fondo del mar era facil, hasta cotidiano. Uno se sienta en algun rincon del prehistorico vagon y se da cuenta de los que lo rodean, de los que conforman esa masa de gente con uno y entiende que no sabe quien son, nunca lo sabra y encima no los volvera a ver. O tal vez si, pero dificilmente sepa que sean ellos, asi que no los vuelve a ver a ellos, ve a otros seres que quizas generen ecos mentales, pero son otros clones mas. Aqui en Madrid, en el metro, rumbo a la estacion Colombia mientras venia desde el aeropuerto, me di cuenta que si antes era un granito de arena en el mar ahora no soy mas que polvo de estrellas en un cosmos infinito. Si a aquel señor que le invente nombres e historias mientras bajaba en Castro Barros senti que no lo iba a ver mas y que no podria participar de mi vida (ni que yo quiera eso) a aquella pareja de arabes en el metro madrileño no los puedo ni asomar en el cuadro, no tengo nada que ver con su galaxia y aquel sol que los despierta probablemente no tenga ni una onda o particula luminica en comun con el mio. A veces tenemos que huir al desierto del medio oriente para ver el brillante cielo y no sentirnos nada o vivenciar lo mismo en una selva cordobesa. A mi ayer me toco sentir lo mismo en un tubo metalico bajo tierras españolas. Hasta me asusta creer que este concepto puede seguir achicandome en mis visiones universales proximas. Y no solo por temas existenciales, eh, ya ni sabria que metafora microscopica podria usar.

Ese miedo respetuoso y con mucha ansiedad tambien siento en pensar en lo que viene. Un dia en Madrid y ya la lime, senti como mis ojos jugaban a ser linternas. Todo lo que me queda, en ciudades que encima se suponen mucho mas hermosas, me genera aquella sensacion. Que va a pasar en un rato cuando entre al Museo del Prado o me tire a seguir leyendo Divertimento en el Parque del Retiro? Que me queda por pensar y creer de cuando tenga enfrente mio canales amsterdamianos, angostos callejones parisinos o misteriosas casitas praguenianas?

Notas:
El titulo es solo apto para gente que vivio en España

21 julio, 2007

Un tipo que juega en un subibaja

Aca me encuentro, en el aeropuerto de Tel Aviv esperando un avion rumbo a Madrid. Es cualquiera. De fondo una distorsionada voz me cuenta que esta prohibido llevar armas en el equipaje. Apalala! Avisen antes, che. Yo habia seguido el consejo de Rober y traje la metralladora. Segun mis padres se dice Ametralladora. Yo digo que quiero que metralle, no que ametralle.

Me fui sin despedirme de este sitio y hoy al volver a sumergir mis manos en las aguas cyberneticas vi como algunos se ocuparon de mantenerlo algo activo.



Ahora que me estoy yendo de Israel comprendo que esta tiempo no era un viaje: eran dos. Uno que esta terminando y el otro que esta por empezar. Y esta division es necesaria. Los dias aca fueron eternos: durmiendo muy poco (despertando temprano para acostarse tarde), conociendo mucho lugar nuevo y siempre sin caer donde esta uno. Sin esta division no podria no mirar a los proximos casi cincuenta dias en Europa con puro y simple terror. Sigo sintiendo que me fui de Buenos Aires hace mucho y si pienso que ese "hace mucho" fue solo un quinto del viaje o algo asi me voy a tener que tirar por ahi, en algun rincon de este aeropuerto, a llorar.

Por suerte ya llore y ya rei y el tema del idioma o de la soledad no es nada grave parece (estoy tratando de decir mucho en pocos renglones, perdon por la mezcla de cosas). Me di cuenta que voy por este lugar usando el canto como ca(enie)a de pescar, esperando que algun acuatico ser hispano parlante muerda el ansuelo y pueda recordar mi idioma fuera de algunos de los libros que traje.



Viajar hace bien, parece, era verdad. Uno se va dando cuenta de que cosa es un mundo y que cada uno es un mundo en cada parte del mundo. Quisiera seguir asi, en esta huida de lo cotidiano, en la busquerda por lo original, solo para darme cuenta que lo original puede aparecer en lo cotidiano si me esfuerzo un poco y que lo cotidiano siempre va a existir dentro de mi estomago. Siento que ya me pegaron varias cosas y reafirmo la frase cuando me doy cuenta que con solo pensarla se me llenan los ojos de lagrimas. Casi llorando, casi riendo, rodeado de israelies me voy despidiendo. Solo queria pasar a decir el "presente" y ver si podria decir algo. Creo que pude.

Para terminar quiero dejar muy clarito que extra(enie)o y quiero mucho a los que extra(enie)o y quiero mucho y quisiera que lo tengan tan presente como yo.

Notitas:
En la mitad la internet se cago y tuve que reescribir varias cosas. Soy de creer que ese corte, esa reactuacion se nota y me jode que haya sido asi, pero buen... es asi, ya te dije.

06 julio, 2007

Antirrabica

Ay! A ver... Cómo empezar? Cómo empezar a contar lo que me paso hace un rato después de relatármelo ya tantas veces y de ir recapitulando y organizando lo que mi memoria fue recordando? No importa que sale, lo tengo que publicar, que contar igual. Lo cuento como un relato de ficción o como una noticia periodística? No sé, quisiera que sea entendido como algo real, que sucedió, pero odiaría meterme en el rubro periodístico a esta altura. En este país los medios más serios ya son bastante amarillistas y los supuestamente amarillistas ya son fanzines de preescolares con defunciones mentales e incapacidades motrices. Empiezo por el principio mejor:
Viernes, doce menos algo del mediodía. Termine mi ultima sesión psicoterapéutica pre-viaje y me subí a un colectivo 146 rumbo al hospital Durand. En este viaje se dio una situación, un drama, un coso inimaginable por mí. Voy a empezar por ponerle nombres inventados a los personajes para que Ud., hermoso y paciente lector, entienda mejor la historia, ya que simplemente etiquetarlos por características que los conforma seria confuso debido a que fueron todas viejas. Si, ya sé, capaz vos me conoces y tense cierta idea de las cosas que pasan y pasaron, o qué yo pienso de este grupo de gente que integra el mundo, la sociedad, etc. Pero a no ser injustos: no me juzgues aun, esta secuencia fue creada por viejas against other viejas. Entonces, aquí van las referencias de los personajes que integraran el relato:
Beatriz: Señora bien intencionada (sí, hay cierto juicio de mi parte, pero es imposible escaparse a ese, no es cierto?) de unos cuarenta años como mucho.
Berta: Señora de unos sesenti-largos con algún que otro problema de salud, según se dijo.
Marta, Marcela y Melchora: Señoras de unos cuarenta y pico. Algo lookeadas (teñidas, anteojos oscuros y otros accesorios así que se iban mostrando en diferentes combinaciones y colores) pero de forma bastante grasa y desagradable al ojo del autor de este texto.
Como algunos notaran, para facilitar mi opinión y "los bandos" denominé a los personajes de una esquina del ring con nombres que empiezan con "B" y en la otra esquina los nombres que empiezan con "M". Y ahora, el tan esperado y alardeado relato:
Yo me encontraba parado en el fondo del colectivo, que estaba algo lleno. Se podía realizar cierto movimiento o acomodación pero con cierto cuidado y frase que pide permiso. Marta, Marcela y Melchora estaban sentadas en los dos pares de asientos que le siguen a la puerta de salida del vehículo, que se ubica a la mitad del mismo, del lado derecho, o sea, del lado de aquella salida. En el lugar que quedó ahí ocupado sin nombrar estaba un señor que no tuvo participación significativa.
La secuencia se pone en movimiento cuando Beatriz le pide a Marta y a Marcela si alguna podría abandonar su asiento para que sea ocupado por Berta, quien tenia problemas de salud y hasta le había costado subir al colectivo, parece. Después de ciertos segundos de miradas entre estos cuatro personajes y frases banales y dudas, Marta y Marcela comienzan el operativo de abandono de sus asientos por medio del levantamiento de sus (pareciera) industrialmente pesados traseros. Obviamente se las notaba poco contentas con su situación y como no son gente egoísta se molestaron en transmitir todo su descontento con empujones y malos tratos a los pasajeros que observaban de lejos la situación que empezaba a desarrollarse. Esta misma, empezó a tardar mas de lo esperado y ahí es cuando Melchora, sentada en la segunda fila de asientos con el hombre mediocre, se mete en la escena con todo su glamour: "Ay! Pero, a ver... Dejame, yo le doy el asiento, esto así no va" y ese tipo de cosas se escucharon salir de su boca (que yo nunca vi, ya que solo la conozco de atrás) mientras echa al hombre de su asiento y ella sale también del suyo para luego volverse a sentar (No, el hombre después se quedo parado y alguna otra vieja aprovecho la confusión para ocupar su lugar y no hacer quilombo).
Imagine Ud., querido lector, que en este momento había un movimiento insoportable en el pasillo del colectivo. Demasiadas personas pretendían dejar sus asientos al mismo tiempo y no había lugar, todo se volvió una especie de masa única conformada por distintos materiales de ropas y camperas. Después de quejas y quejas Berta consigue su asiento, Marta queda parada, Marcela se sienta next to Berta, Melchora sigue sentada, obviamente (y ya demostraba que era la que más se quejaba y la que menos perjudicada salía en todo momento) y Beatriz, que solo pretendía conseguirle un asiento a la enferma Berta, seguía parada sin aspirar ni creer merecer ni necesitar mas que eso. Pasan unos segundos donde yo, el autor, como no veo de frente a las "M" no las noto incomodas ni nada. Al menos no hasta que empiezan sus catarsis, sus notas de opinión que, obviamente, todo el resto del colectivo esperábamos mucho mas que ansiosos y con interés. Empiezan a quejarse, no están conformes con la situación, cuestionan la moral de Berta y sobre todo la de Beatriz. Las insultan, creen tener la razón. No hablo de la razón frente a esta situación u otra. Hablo de que parecía que creían tener LA razón, aquella que yo dudo que el hombre pueda comprender, y que la búsqueda de la misma llevo a la locura e insanidad a tantos pensadores durante la historia; Estas mujeres parecian creer tenerla y atesorarla como unica e imposible de compartir, evitando así justificar lo que decian de ninguna forma.
A estas alturas ya todo el colectivo sabía lo que pasaba y estaba atento. Yo, en el fondo (del colectivo, no mío), ya empezaba a crear cómplices con miradas y alguna sonrisa y a desear el caos y el bardo en el transporte, ya que puedo admitir que me divertía, aunque mi apoyo y lastima recayó en Beatriz, quien considero que no tuvo mas que buenas y humanitarias intenciones (que no sabría bien decir que son tampoco) y eso les manifestaba a sus opositoras: "Estamos perdiendo la humanidad, señora. Esta señora -refiriéndose a Berta, claro- esta enferma, subió arrodillada al colectivo...". Las "M" gritaban cada una su discurso: Que no tiene importancia, que no tiene nada que ver, que porqué ellas tienen que sufrir esto y no otros, que hay asientos adelante supuestamente reservados para estas circunstancias, que debería pedirle asiento a los hombres (porque claro, el machismo siempre es usado cuando conviene), y así ellas se iban entendiendo, agrupando e intercambiando formas de ser arpías como si fueran recetas de bizcochuelos y que "un pizquita mas de azúcar impalpable es mi secreto".
Yo, en el fondo ya sonreía y hasta movía levemente mi cuerpo para ver mejor, para comprender mejor, para disfrutar mejor. A continuación preste especial atención y escuche lo que, para mí, fue el clímax indiscutible de la sátira. Entre cacareos atonales se escucho a Marta gritar "...Porque yo le di el asiento y el merito se lo lleva ella!" haciendo alusión a Beatriz, que al escuchar no lo podía creer y se quedaba boquiabierta. Yo, no lo podía, ni puedo, creer esa frase. Ahora la solidaridad parece que se efectúa en busca de merito. Fue impresionante desde mi punto de vista. Que me perdí? Yo no sabia eso, por algo no hago trabajo social y acepto mi egoísmo, pero no, estaba equivocado. Yo cuando no le dejaba el asiento a alguien era para poner mi comodidad por sobre la del otro. Ahora entiendo que el asiento debo darlo para sentirme satisfecho y bien visto, para bajar con merito y una capa extensa y roja del colectivo. Fue un vuelco, es un vuelco: quiero salir a la vida, ahora estoy listo! Deseo hacer el bien sintiéndome mal, porque de esa forma no solo haré del mundo un lugar mejor, sino que juntare mucho resentimiento que luego podré echar en cara para huir impune. Acaso esta es LA razón que ellas poseían? Acaso Nietzsche apostó su sanidad por este secreto? Creo estar capacitado para decir que si, y que vale la pena.
Ahí, en ese momento, me salió la carcajada. No lo pude evitar. Reí fuerte y para afuera, capaz hasta buscando meterme en la escena para desearles una muerte pronta a algunas personas antes de bajar y volver a tierra firme. Mis compañeros cómplices me miraban pero no lograban decidir si entendían mi risa. Miro a un tipo de unos pocos años mas que yo y le digo entre risas "Que patético". Él, como si hubiese dicho la frase exacta, levantó las cejas y afirmo conmigo "Si, es eso; patético". Entonces los de mí alrededor ya me comprendían mejor, ya entendían que era uno de esos "reír por no llorar" y se acercaba mi bajada y con tal, el fin del relato.
El 146 empezó a bordear el parque Centenario y yo, mientras seguía riendo, toque el timbre y baje. Camine sonriente hasta el hospital y tooodo el camino de vuelta a mi casa. Seguía pensando lo impresionante que puede ser la persona que a uno le toca tener al lado y me di cuenta que lo más irónico es que estaba yendo al hospital para darme una vacuna antirrábica.


Notas:
En otro momento las escribo, chau.

04 julio, 2007

Si, si, llame, pero no octuve reptuesa alnuga

Hace exactamente 191 años sucedio la siguiente escena por la Plaza de Mayo:
Mariano volvia a la guardia luego de una brevisima escapada y le decia a Martin:
- Eh, che, recien le pegue un tubazo a mi primo, el yanqui. Parece que estan de joda por alla. Estaba como loco!
- Ah si? y porque?
- Es 4 de julio, dia de la independencia de Estados Unidos.
- Ah si? Mira... (miro las estrellas y ya sin miedo a quedar ignorante pregunto:) Y que es eso de Estados Unidos?
- Un pais formado por protestantes britanicos exiliados, bien al norte. Donde esta mi primo. Conocio a una de alla y se fue a instalar por ahi, por la costa este.
- (Los terminos "protestantes", "britanicos", "exiliados" e "instalar" no le parecieron tan relevantes y por eso los ignoro para continuar con lo que considero un aprendizaje mas importante:) Ah, mira vo´, che... Y eso de la independencia que es?
- Es... Y, como te explico? seria como si aca dejaramos de pagarle impuestos y tributos a los españoles y nos quedaramos con esa plata y... e hicieramos lo que quisieramos, o algo asi... y fuesemos independientes! No se como decirte...
- Ah, mira vos, che...
Ahi Martin volvio a mirar las estrellas pero con un poco menos de atencion y en los siguientes dias gracias al boca en boca y el efecto "telefono roto" termino pasando lo que termino pasando...