Diario de viaje:
Estoy por empezar mi segundo dia en Madrid, en Europa. Todo anda llegando mas que bien. Si bien ayer tuve mi primer perdida en las calles españoles, donde decenas de viejos no supieron indicarme como llegar a mi destino y, no solo eso, sino que tambien me mandaron en el sentido opuesto, asesinando cruelmente a mi espalda con mis propios quince kilos de equipaje, el primer dia termino siendo espectacular: Estoy descubriendo una ciudad que no crei cruzarme todavia. Madrid es hermosa. Siempre se la compara mucho con Buenos Aires pero para mi tanto no tiene que ver, es distinto, es Europa. Trate de racionalizar mi amor hacia mi ciudad natal y lo que pense es que si bien la ciudad porteña se queda atras en atractivos callejeros y todo eso tiene su lado de guacha, de puta, de arpia que con una sonrisa de dientes blancos, y con alguno que otro medio chueco, te saca la faca mientras te seduce. Eso estoy viendo de Buenos Aires desde Madrid. Aqui siento una paz, una tranquilidad, una armonia en cualquier lado y quizas descubro que aquel atractivo de Buenos Aires no era San Telmo, la calle Arroyo, la Plaza San Martin o alguna serie de balconcitos cortitos franceses. Creo que aquel cariño a mi ciudad viene en base a ver todo eso emocionado, con los ojos adornados, pero sabiendo que el peligro es posible y que el puñal puede llegar. Suena tragico, lo se, pero me dan ganas de ahora salir caminando por España escuchando Julio Sosa y, por suerte, puedo contar que aquel cantante se encuentra apretujado en mi humilde reproductor de mp3 (si los hay humildes) entre Sonic Youth y Nina Simone (lo presumido se mantendra en todo Europa, eso si).
Tambien veo cierta tranquilidad o estabilidad aqui. La falta de inflacion (jaaa) hace que los precios sean realmente bajos, pero no saltes vos con "pero es en euros". Que tomarse un chopp de riquisima cerveza en la Plaza Santa Ana mientras ves cruzarte a Sabina salga 2,80 es mucho menos de lo que esperaba.
En el subte percibi cierta actividad bochesca. Mi cabeza ya anda generando actividad y lo visto se recicla en ideas que sirven para evolucionar ciertos conceptos ya formados. Este medio de transporte del que hablo siempre lo habia asociado con el anonimato y la intrascendencia cosmopolita. Subirse en Primera Junta rumbo a estacion Congreso y sentirse completamente solo e inadvertido, asustado pero confiado y un granito de arena en el fondo del mar era facil, hasta cotidiano. Uno se sienta en algun rincon del prehistorico vagon y se da cuenta de los que lo rodean, de los que conforman esa masa de gente con uno y entiende que no sabe quien son, nunca lo sabra y encima no los volvera a ver. O tal vez si, pero dificilmente sepa que sean ellos, asi que no los vuelve a ver a ellos, ve a otros seres que quizas generen ecos mentales, pero son otros clones mas. Aqui en Madrid, en el metro, rumbo a la estacion Colombia mientras venia desde el aeropuerto, me di cuenta que si antes era un granito de arena en el mar ahora no soy mas que polvo de estrellas en un cosmos infinito. Si a aquel señor que le invente nombres e historias mientras bajaba en Castro Barros senti que no lo iba a ver mas y que no podria participar de mi vida (ni que yo quiera eso) a aquella pareja de arabes en el metro madrileño no los puedo ni asomar en el cuadro, no tengo nada que ver con su galaxia y aquel sol que los despierta probablemente no tenga ni una onda o particula luminica en comun con el mio. A veces tenemos que huir al desierto del medio oriente para ver el brillante cielo y no sentirnos nada o vivenciar lo mismo en una selva cordobesa. A mi ayer me toco sentir lo mismo en un tubo metalico bajo tierras españolas. Hasta me asusta creer que este concepto puede seguir achicandome en mis visiones universales proximas. Y no solo por temas existenciales, eh, ya ni sabria que metafora microscopica podria usar.
Estoy por empezar mi segundo dia en Madrid, en Europa. Todo anda llegando mas que bien. Si bien ayer tuve mi primer perdida en las calles españoles, donde decenas de viejos no supieron indicarme como llegar a mi destino y, no solo eso, sino que tambien me mandaron en el sentido opuesto, asesinando cruelmente a mi espalda con mis propios quince kilos de equipaje, el primer dia termino siendo espectacular: Estoy descubriendo una ciudad que no crei cruzarme todavia. Madrid es hermosa. Siempre se la compara mucho con Buenos Aires pero para mi tanto no tiene que ver, es distinto, es Europa. Trate de racionalizar mi amor hacia mi ciudad natal y lo que pense es que si bien la ciudad porteña se queda atras en atractivos callejeros y todo eso tiene su lado de guacha, de puta, de arpia que con una sonrisa de dientes blancos, y con alguno que otro medio chueco, te saca la faca mientras te seduce. Eso estoy viendo de Buenos Aires desde Madrid. Aqui siento una paz, una tranquilidad, una armonia en cualquier lado y quizas descubro que aquel atractivo de Buenos Aires no era San Telmo, la calle Arroyo, la Plaza San Martin o alguna serie de balconcitos cortitos franceses. Creo que aquel cariño a mi ciudad viene en base a ver todo eso emocionado, con los ojos adornados, pero sabiendo que el peligro es posible y que el puñal puede llegar. Suena tragico, lo se, pero me dan ganas de ahora salir caminando por España escuchando Julio Sosa y, por suerte, puedo contar que aquel cantante se encuentra apretujado en mi humilde reproductor de mp3 (si los hay humildes) entre Sonic Youth y Nina Simone (lo presumido se mantendra en todo Europa, eso si).
Tambien veo cierta tranquilidad o estabilidad aqui. La falta de inflacion (jaaa) hace que los precios sean realmente bajos, pero no saltes vos con "pero es en euros". Que tomarse un chopp de riquisima cerveza en la Plaza Santa Ana mientras ves cruzarte a Sabina salga 2,80 es mucho menos de lo que esperaba.
En el subte percibi cierta actividad bochesca. Mi cabeza ya anda generando actividad y lo visto se recicla en ideas que sirven para evolucionar ciertos conceptos ya formados. Este medio de transporte del que hablo siempre lo habia asociado con el anonimato y la intrascendencia cosmopolita. Subirse en Primera Junta rumbo a estacion Congreso y sentirse completamente solo e inadvertido, asustado pero confiado y un granito de arena en el fondo del mar era facil, hasta cotidiano. Uno se sienta en algun rincon del prehistorico vagon y se da cuenta de los que lo rodean, de los que conforman esa masa de gente con uno y entiende que no sabe quien son, nunca lo sabra y encima no los volvera a ver. O tal vez si, pero dificilmente sepa que sean ellos, asi que no los vuelve a ver a ellos, ve a otros seres que quizas generen ecos mentales, pero son otros clones mas. Aqui en Madrid, en el metro, rumbo a la estacion Colombia mientras venia desde el aeropuerto, me di cuenta que si antes era un granito de arena en el mar ahora no soy mas que polvo de estrellas en un cosmos infinito. Si a aquel señor que le invente nombres e historias mientras bajaba en Castro Barros senti que no lo iba a ver mas y que no podria participar de mi vida (ni que yo quiera eso) a aquella pareja de arabes en el metro madrileño no los puedo ni asomar en el cuadro, no tengo nada que ver con su galaxia y aquel sol que los despierta probablemente no tenga ni una onda o particula luminica en comun con el mio. A veces tenemos que huir al desierto del medio oriente para ver el brillante cielo y no sentirnos nada o vivenciar lo mismo en una selva cordobesa. A mi ayer me toco sentir lo mismo en un tubo metalico bajo tierras españolas. Hasta me asusta creer que este concepto puede seguir achicandome en mis visiones universales proximas. Y no solo por temas existenciales, eh, ya ni sabria que metafora microscopica podria usar.
Ese miedo respetuoso y con mucha ansiedad tambien siento en pensar en lo que viene. Un dia en Madrid y ya la lime, senti como mis ojos jugaban a ser linternas. Todo lo que me queda, en ciudades que encima se suponen mucho mas hermosas, me genera aquella sensacion. Que va a pasar en un rato cuando entre al Museo del Prado o me tire a seguir leyendo Divertimento en el Parque del Retiro? Que me queda por pensar y creer de cuando tenga enfrente mio canales amsterdamianos, angostos callejones parisinos o misteriosas casitas praguenianas?
Notas:
El titulo es solo apto para gente que vivio en España